jueves, 20 de mayo de 2010
Mi vida desde que soy un "Ñomo":
¡¿Por qué alguién quería ser un Gnomo?!
Corrian los locos años 90', Gilberto Correa había movido una mata en Sabado Sensacional y Natusha tenía vuelta loca a su mamá porque se le salía media nalga por los pantalones.
El Banco Latino había exhalado su último suspiro, mientras yo, como un imbécil espéraba que me devolvieran mis reales por FOGADE. ¿Casualidad, destino o mala leche?... Ya a estas alturas del partido poco importa porque después que me aplicaron las 3 D: Desalojo, despido y divorcio, sólo me quedó un Del Rey con el motor fundido, un mono verde, un sueter cuello de tortuga anaranjado y una alopecia inconclusa que me dejó con una cuarta más de frente. Debía hacer algo, pero los infomerciales sólo me decían qué podía comprar para alisar el poco cabello que me quedaba. Así que decidí utilizar mis encantos de enano regordete y decidí que mi futuro estaba en ser un "Ñomo" de Jardín.
Era algo novedoso aunque la paga era mísera, pero al final y garantizaba la el techo si corría con la suerte de estar en un jardín interno o en el porche; en otros casos podía pasar que tuvieras que compartir la habitación con el perro en su casita, que por más incómodo, baboso, malholiente y rabioso que fuera tu compañero de cuarto, era mucho mejor que ser una figura navideña o malabarista de semáforo en crack.
Lo más difícil fué acostumbrarme a identificarme como un "Ñomo" y no un NOMO, como pensaba en aquella época, porque se escribe "Gnomo" y la G no es muda como su hermana la H, y aunque no soy francés sería un sacrilegio no pornunciar "g+n" como te lo exige la lengua franca... Todo esto lo aprendí en el curso inductorio al arte "Ñomóístico", en la escuela de Ñomos, donde además aprendí Ñomería I, II, III y IV que, así ncomo me pasó con las estadísticas y el cálculo cuando estudiaba Economía: no sirvieron para mucho.
En esa escuela podías graduarte (como técnico especializado) en diversas artes como: duende roba zapatos o esconde medias derechas, ratón Péres y hada de tatuaje de tobillo; Esta última era la preferida de las chicas y amanerados que sólo estudiaban "Mientras Me Caso".
Al terminar la carrera, con mucho sacrificio vale destacar, me gradué de Ñomo mención "de Jardín", es decir "Gnomo de Jardín", me colegié y sindicalecé, por lo que al poco tiempo estaba contratado para pasar todo el día, todos los días, mirando al infinito desde el jardín de bromelias de la casa de los Aristimuño (estos si son con ñ de verdad verdad).
Al principio fué difícil acostumbrarse a la pétrea monotonía de ser un Ñomo: estar inmóvil, sonriente y de pícara mirada al infinito, sin que nada perturbe tu "Ñoma Concentración" porque si alguién te ve realizar el más minúsculo movimiento significaría despedirte de tu condición de Ñomo para toda la vida, a menos que el que te vea sea otro Ñomo, un niño de menos de 5 años (siempre serán catalogados como mentirosos) o Mascota, más nadie... He sabido más de un cuento de Ñomos que han perdido su trabajo por rascarse una nalga frente a la señora de la casa, se pueden imaginar el revuelo que porovocó; actualmente estos Ñomos andan como nómadas, consumiéndose poco a poco, porque ¿qué más puede hacer un Ñomo si sólo sabe ser Ñomo?...
Ya llevo bastante tiempo haciendo de Ñomo y he podido hasta comprarme un honguito para convertirlo en mi casita, no es muy espacioso pero por lo menos no es alucinógeno. Con el perro de la casa me la llevo bastante bien y los domingos en la noche jugamos dominó hasta tarde. Desde mi sitio he visto berrinches, asaltos, maleteadas y a la hija menor del vecino haciendo cochinadas en el carro de su novio, que está bastante chévere aunque sea bastante zorra, aunque sólo yo lo sepa...
En fin, es la vida del Ñomo de jardín, calma, paciente, confidente y sometida por los ciempiés y abejas... No será una de las mejores, pero es mi vida desde que soy un Ñomo.
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