martes, 14 de junio de 2011
El Altar a San Sebastián (V)
Los cuentos del ahora conocido como El Indio Casto, encajaba perfectamente con el marco que me presentaron los “primos” a mi llegada. En realidad poco me extrañaba los motivos, pero el crimen y toda la maraña era más de lo que me esperaba.
Tras terminar su revelación, mi amigo empezó a ponerse tenso, hablaba entrecortado y sus palabras parecían incompletas, miraba a un lado y al otro, como esperando que algo o alguien apareciera entre los matorrales; repentinamente se levantó y se dirigió presuroso a la casucha. Mientras tanto yo pretendía estar relajado aunque me incomodó un poco su actitud. Lo veía a través de la ventana y la puerta, revolviendo cajones, hasta que apareció con una botella llena con un líquido verdoso y una bolsa de cuero.
-¡Hermano!- me dijo- Te acuerdas de aquella noche que en mi casa estábamos reunidos y mi mamá llegó un brujo amigo de ella, y empezó a hacer ritos con todos los del grupo.
-Cómo no recordarlo, él no me hizo nada y de repente todo se me revolvió, no recuerdo mucho qué pasó luego pero no fue una experiencia agradable.
-Bueno compadre, cuando uno tiene un don espiritual no puede deshacerse de él fácilmente- Tomó la bolsa y sacó unas conchas de caracoles, empezó a batirlas entre las manos mientras murmuraba una especie de oración mientras continuaba con su exposición- a veces uno puede oxidarse en esto, pero creo que tú no tienes idea de lo que puedes hacer…
Terminando esta última declaración lanzó los caracoles al suelo, los examinó rápidamente y me tomó por el brazo con fuerza hasta introducirme en la casucha.
-¡Quítate la ropa!
-¿Qué?
-¡Que te quites la ropa coño!... Mientras más rápido hagamos esto mejor…
Un poco confundido me quité todo lo que me vestía hasta quedar en ropa interior.
-¡Los interiores también!
-¿Los interiores?, hermano dime de una vez qué es lo que quieres, yo me dejo…
-¡Deja la mamadera de gallo y quítate los interiores!
Ya desnudo (en pelotas literalmente) tomó un buche de aguardiente para luego escupírmela.
-¡Date la vuelta!
Obedecí, para luego recibir otra ráfaga de licor de caña; tomó un tabaco, unas yerbas y empezó a murmurar rezos mientras me pasaba las ramas y me impregnaba con humo de tabaco. Al rato empecé a sentirme mareado, como si estuviera levitando, sentía como mi cuerpo se engrandecía más allá de las proporciones conocidas por mi cerebro. Al culminar sentí cómo me colocó unas pulseras y collares, mientras cubría mi cabeza con un manto blanco.
Las proporciones de un cuerpo desproporcionado que sentía propio, pero a la vez era extraño y etéreo tomó dimensiones incalculables. Crecía cada vez más, hasta que atravesé el techo y las paredes en la casucha, ahora ínfima y en el medio de mi pecho.
Estaba dentro y fuera de mí al mismo tiempo.
Ya con mi espíritu totalmente henchido me preguntó El Indio Casto.
-¿Qué ves?
-Entre los matorrales va una mujer con una vela y una gallina.
-¿Qué mas ves?
-Va acompañada por un grupo de hombres, todos con una sombra oscura que les sirve de velo.
-¿Qué llevan los hombres?
-Ellos llevan un bulto, alargado y cubierto con sábanas ensangrentada, tras ellos va un joven desnudo con ojos apagados y labios suturados, está pálido y desnutrido.
-¿Cuál es su camino?
-Se dirigen por el camino del arroyo.
-Ahora mira más adentro… ¿Qué buscan?
-Sus mentes están dirigidas a encontrar a una mujer llamada Imelda, esperan deshacerse del bulto de una vez, les pesa demasiado… El joven está condenado…
-¿Qué más?
-La mujer… Ella está dispuesta a hacer todo lo necesario, pero piensa en un hombre joven, no es un pretendiente, parece más bien su hijo.
-Ahora… ¡Invocando la espada de San Miguel Arcangel cerrando las puertas del infierno! Pregúntale a esa mujer quién es.
-Ella lleva el escapulario del Carmen pero sus manos de sangre están llenas, se dice buena, aunque es capaz de pagar el precio que sea necesario… Ella es Carmen y está condenada.
Entonces todo se nubló y como una explosión volví en mí, debilitado y desorientado pregunté.
-¿Qué hace Doña Carmen Aquí?
Entonces todo desapareció.
domingo, 12 de junio de 2011
El Altar a San Sebastián (0.1)
¡Qué maldito calor hace en este pueblo de mierda!
Hacía 2 días que había llegado a San Sebastián y ya detestaba este pueblo. Su gente, un vivo retrato feudal, compuesto por hacendados respingados de poca monta, ignorantes campesinos, señoras ataviadas hasta el cuello con prendas pesadas como si viviéramos en la Londres Victoriana, niños de "buenas familias" siempre groseros y contestones, harapientos bastardos de prostitutas como mendigos proliferaban por las calles. Los ricos y pudientes llegaban en grandes camionetas que a duras penas cabían entre las estrechas calles, siempre demostrando su superioridad social y "moral" en el pueblo. Los menos pudientes, todos ignorantes e ignorados, esperando cualquier motivo para ahogarse en alcohol, despilfarrando el pago de la semana como jornaleros. Postal dantesca de las realidades de los sistemas centralistas.
Obviamente habían personajes importantes y destacados; encabezando la pirámide social estaba la familia Febres Bolívar: supuestos descendientes de los fundadores del pueblo, fueron los que trajeron la hermosa reliquia de talla florentina de San Sebastián El Mártir, semi desnudo, afeminado y atravesado por flechas en su abdomen, como si de una impía mujer embarazada se tratase. Algunas crónicas apócrifas hacen referencia del mártir cuentan que se trataba de una mujer perteneciente a una de las primeras sectas cristianas que quedó encinta tras mantener relaciones con un alto funcionario romano, pero entonces este funcionario recibió una profecía donde se le advertía que un hijo de su sangre le daría muerte, socavando los cimientos de la gran Roma. Presa del pánico, el oficial mandó a un pelotón a fusilarle con una lluvia de saetas, engañando así al destino. Con los siglos se dio a conocer la historia de esta mujer, pero tratando de encontrar imágenes de santidad, los primeros católicos encontraron dicha crónica pero decidieron cambiarla de manera dramática pues: no podían haber santas impuras, además la historia podía referirse a un segundo mesías, lo que perturbaría los planes de todos por igual; tras este panorama, se decidió cambiarle el sexo al mártir y dejar las cosas tal y como todavía se conocen.
Vale la pena destacar que actualmente, este ícono religioso es reconocido en algunos círculos como el santo patrono de los homosexuales, ya que su pueril imagen y delicadas facciones le hacen parecer un chico amanerado.
Siguiendo con la escalera social, a la gran familia fundadora le sigue la iglesia, suerte de poder ejecutivo, legislativo y judicial en un pueblo olvidado por dios, el diablo y el sistema público. La gran catedral ubicada en el centro del pueblo, frente a la afrancesada Plaza Bolívar (única obra de gran envergadura y hecha con presupuesto central, durante el gobierno de Guzmán Blanco, que llegó a construirse e estas tierras). El máximo exponente era el cura, el Padre Ramón, un hombre de dios de unos 60 años, obeso, siempre sudoroso; varias veces lo veía cruzar de largo a largo la plaza, procurando descansar un poco bajo la sombra de un árbol, entre jadeos y profusas emanaciones que bañaban su maltrecho rostro de grandes cachetes lampiños, prominente papada y nariz gruesa y rojiza, digna de un alcohólico. Más que un célibe religioso, parecía un cerdo babeante. Pero, a pesar de su grotesco aspecto era el líder de la comunidad y el más querido, tenido como hombre piadoso pero con mano firme con los pecadores. Conocedor de todos los secretos de San Sebastián y el único con el poder suficiente como para que la alcaldía asfaltara o pintara la plaza si la gente lo exigía.
Tras el cura estaba la alcaldía, la prefectura, la jefatura y toda institución de aparente presencia de sistema gubernamental civil. El Alcalde era la única figura que se elegía a través de la votación "directa", "secreta" y "universal", cosa que en un pueblo donde el promedio de abstención es el 70%, más del 20% de sus habitantes no tiene cédula y donde siempre se conoce con una semana de antelación quién será el que ocupe el cargo, tras la famosa fiesta en casa de los Fébres Bolívar. Vale la pena destacar en este punto que, el día que llegué, me quedé en casa de mis "Tíos" y "Primos" en la finca de los Jérez, surgió el tema de las castas en el pueblo, me explicaron que ellos tenían por "Derecho" Acceso al primer círculo, debido a que estaban emparentados con los Febres Bolívar por la familia materna, su mamá (y mi abuelastra, por darle un nombre)Doña Flora Pérez Rincón, era hija de José Pérez Bolívar y Leticia Jaimes Vargas; Los más viejos todavía frecuentaban a los Febres Bolívar, pero los más jóvenes detestaban este tema, así que se alejaron mucho de eso, pero conocían a fondo todo el sistema:
-Mire Primo- Me dijo el primo Alejandro Jerez- Acá a al alcalde y a los funcionarios le firman su contrato en la casa de los Febres Bolívar.
-¿Cómo es eso?
- ¡Ha pues!, muy fácil…- contestó la prima María Luisa- Los partidos políticos tienen su casa en las afueras del pueblo y les pesa el culo venir a hacer campaña, entoces dos de las familias más importantes se postulan por los principales bandos y obtienen la candidatura a punta de cobres.
-Claro, patrocinio.
-¡Coño primo!... Que forma tan "Política" de decirlo- continuó Alejandro- al final todo se trata de comprar el coroto. Claro está, siempre viene la parafernalia de la campaña, los discursos y todo eso.
Completó María Luisa: - Se besan viejitas, se cargan carajitos, se hacen romerías, se reparte comida y bastante caña.
-Bastante pan y circo- dije
-Así es primo, pero lo más importante es lo que pasa tras bastidores, tal como pasa en los Circos, ¡María Luisa! Tráete otras frías…
-Huy si, mira que esto va pa' largo, mejor te acomodo el cuarto y mañana te vas para la pensión.
-¡Excelente!- exclamé emocionado, estos primos estaban bastante divertidos, y tener de primera mano los cuentos de un pueblo como éste era lo que mi morbo desnutrido necesitaba.
-¡Gracias hermana!, ¿Por donde estaba?...
- En el Circo…
-¡Claro! El Circo. Acá en San Sebastián el Jefe de ceremonias es el Cura, la alcaldía y la prefectura son los payasos, las beatas son las malabaristas, los hacendados (todos emparentados de una u otra forma) son los equilibristas, pero el dueño de la carpa es Don José Antonio Febres Bolívar el "dueño" del pueblo <mejor no preguntes por qué todos los primogénitos varones se terminan llamando Febres Bolívar porque la historia es bastante escabrosa>…
-No te preocupes, lo podemos dejar para otro día, pero ¿Qué hacen estos Febres Bolívar con las elecciones? ¿las amañan?...
-No primo, la cocinan.
-¿Hacen un Guiso?
-No, más bien una fiesta con carne en vara, cachapas y mucho escocés
-Bueno, eso es antiguo en el sistema político nacional…
- Si, eso es cierto, pero acá es donde todo cambia, esa noche, los candidatos y sus familias deben ofrecer proyectos que engorden la riqueza de la familia durante el período de gobierno y más, y el que ofrezca lo mejor es el ganador sin importar que voten o no.
-¡Perro hermano!- exclamé- ¡Que rudo!
Entonces regresó María Luisa: -Así como lo escucha primo <por cierto ya está listo su cuarto>
-Gracias prima, y a todas estas ¿Qué hizo el actual alcalde para ganarse los favores?
-¡Qué más!, consiguió el permiso, el terreno y la mitad de los fondos para construir ese horrendo mamotreto a las afueras de la carretera llamado "Casino San Sebastián"
-¡Claro! Pero, ¿No les da pérdidas?... Me van a disculpar, pero está en el medio de la nada esa vaina.
-¡Huy Primo! Esa vaina da plata que juega garrote, vienen de todas partes a hacer grandes apuestas, pero lo más grande es el sistema de prostíbulo que manejan
-¿Prostíbulo?, pero estemos claros eso es algo muy normal.
-Claro que es normal, pero este es un prostíbulo muy discreto y muy especializado… Allá pasan cosas que no imaginas…
Si algo estoy seguro es que soy muy morboso y si una situación como esa no me la podía imaginar tendré que ir por mis cuentas, pero no mañana.
viernes, 10 de junio de 2011
El Altar a San Sebastián (Informe 1)
A las 745 horas del día 21 de enero del año en curso, en el kilómetro 3 de la carretera San Sebastián-Cocorote el Oficial Destacado Luis Ernesto Morales Herrera, perteneciente a la brigada de vigilancia vial de la Parroquia Los Pinos, se dirigía a su comandancia cuando encontró un automóvil, Marca: Nisan, Modelo: (inteligible), Placas: (Inteligible), Color: gris, estacionado a las orillas de la carretera en el KILÓMETRO 10 de la nombrada vía con la puesta del piloto abiertas y signos de aparente huida que dejó rastros en la maleza. El automóvil en cuestión no parecía tener daños aparentes, aunque dejó marcas de freno en el asfalto, lo cual hace suponer que derrapó y terminó estancado entre el matorral hasta el momento del hallazgo. No se encontró persona al volante, pasajeros o documento de identificación. Se intentó realizó la experticia de verificación de seriales de carrocería y motor, pero los mismos fueron eliminados. Se encontraron huellas dactilares en el volante, las cuales fueron enviadas a la Policía Judicial para su investigación, todavía no se han recibido resultados. Se presume que el presente incidente obedece a trabajos realizados por bandas de contrabando de vehículos entre países fronterizos; el experto de criminalística que lleva el caso asume que el vehículo atravesó la frontera colombo-venezolana de manera ilegal, y tras percance sufrido durante aguacero el día anterior derrapó en el asfalto húmedo y sumido en la confusión abandonó el vehículo tras recorrer 100 metros hasta una quebrada donde se perdió el rastro.
Vale la pena destacar que, por catalogarla como insignificante, no se hizo estudio o registro de tres (3) gotas de presunta sangre encontradas a la orilla de la quebrada San Lorenzo a 100 metros del incidente.
Archívese hasta encontrar nueva evidencia.
Los Pinos, 15 de Febrero de 2007
Sub Delegación Policial de Los Pinos.
jueves, 9 de junio de 2011
El Altar a San Sebastián (Menos Uno)
Nunca he sido de esos impulsivos que toman el carro con la justificación de "buscar una aventura que me reanime", lo cierto es que me provoca ansiedad manejar y más si son largas distancias. ¿Será que las autopistas fueron diseñadas por muchos visionarios que se pelearon los unos con los otros o simplemente por un epiléptico con trastornos de múltiple personalidad?, porque a medida que se aleja uno de la capita las sorpresas están a la vuelta de la montaña: ciertos tramos son de una forma, otros de otra, y si tomamos en cuenta la rareza de la Autopista Regional del Centro (suerte de autopista interestatal con "inspiración" norteamericana, cuyos sentidos están separados por un gran desnivel cuya función es retener LA NIEVE que pueda obstaculizar los caminos durante el invierno subtropical) donde hay que lidiar con violentas ráfagas de viento, la cosa se pone cada vez más interesante. Además, hay que tomar en cuenta las carreteras, unas asfaltadas y relativamente cómodas, otras de tierra llamadas cariñosamente "caminos rurales" que van desde los cuatro canales (dos de ida y dos de venida), pasando por las de doble vía y las de única vía perfectas para encontrarse cara a cara con un camión de carga a las 12 de la noche que hará todo lo posible por desviarte a un matorral o barranco de ser necesario (Hay que ser un rumiante para transitar por ahí), la mayoría ricas en baches, huecos, trochas improvisadas, sin iluminación e insectos que terminan adornando el parabrisas.
Pero a pesar de mis aversiones y desprecio por el camino tuve que salir y "aventurarme", hacía ya semanas que posponía este viacrucis; por órdenes del abogado de la familia debía irme a un pueblito llamado San Sebastián, ubicado en un remoto sector del Estado Yaracuy. Al parecer mi abuelo paterno había adquirido unas tierras en la zona tras separarse de mi abuela, en el terreno había construido una casa y servía de granja, la había dejado en herencia a unos hijos que tuvo con una "segunda esposa" que vivía en el pueblo y ahora se avecinaba un proceso de sucesión de bienes que realmente quería evitar, ya que ni me interesaba la tierra y significaba un largo viaje por carretera; el plan era arreglar los papeles para que este lado de la familia cediera la totalidad de los derechos a la otra, ya que una de las hermanas de mi papá de manera casi ociosa empezó básicamente a joder a "Los Bastardos" como solía llamar a sus hermanitos naturales. Mi padre y sus otros hermanos decidieron que lo mejor era dejar las cosas como estaban originalmente, pero tanto se llenó el cántaro con la tía ociosa, que se complicó el proceso y ahora debía solucionar ese entuerto.
Afortunadamente, logramos apaciguar a la fiera sedienta de propiedades (y de sexo al parecer) y logré establecer una buena relación con los tíos naturales y mis "nuevos" primos, sabíamos que como todas las cosas en el pueblo los trámites serían largos, por lo que acordamos que me iría un tiempo para San Sebastián mientras se realizaba el papeleo, les pedí que me recomendaran un alojamiento donde pudiera tener conexión a internet, ya que en la casa de la hacienda sólo llegaba la AM, por lo que me reservaron una pieza en la Pensión de Doña Carmen: una legendaria casa colonial que era propiedad de la mismísima Doña Carmen y a su familia desde hacía 10 generaciones; todo un monumento mantuano con ciertas comodidades de la ciudad.
Pagué la semana entera de pensión y unos días más (previendo cualquier retraso burocrático), no sin antes recibir una advertencia del "primo" Lisandro: "Doña Carmen es tan buena y ladilla como una madre, es estricta con la comida, las entradas, salidas y hasta con las visitas. Es una de esas beatas que tras la muerte de su esposo se ha dedicado de lleno a la iglesia. Ha servido de Jueza de Paz, vocera y hasta comadrona. A Carmen la conoce todo el mundo y es la que saca a todos de apuros. Yo sé que vas a estar bien con ella, pero no dejes que te monte la pata porque vas a terminar como la mayoría de la gente de este pueblo: rindiéndole culto. Ojo primo, no es que no se lo merezca, pero tiene demasiado poder e influencia, y a la hora de la chiquita cuando quiere joder lo hace con todo su inmenso culo de maestra de primaria. Te vendrá con más de un cuento del pueblo, sus vicios y la brujería, que como dice ella "Algún día se llevará a este pueblo al mismo infierno". Usted sea siempre educado con la MISIA, pero eso sí, con precaución. Reciba un abrazo, y acá lo esperamos primo".
Una señora jodida, en un pueblo jodido resolviendo la joda de una tía… Así comenzaría una nueva historia que espero algún día contar.
lunes, 6 de junio de 2011
Altar a San Sebastián (IV)
El tiempo pasaba al igual que las cervezas, cuentos iban y venían, recordando viejos tiempos, aprovechando de vez en cuando para sacarle información sobre su nueva profesión: Chamán. Siempre recibía gente sufriendo de males sólo curables con la sabiduría de las plantas y él hacía rituales y pócimas para calmarlos (o curarlos si era propicio). Estas artes se las había enseñado su padrastro hacía años, pero siempre las mantuvo en secreto, hasta que tras un divorcio decidió internarse en esta selva con la ayuda de otro chamán conocido, ahí se terminó de entrenar y ganó bastante popularidad.
-Pero, a todas estas... ¿Es bueno el negocio?
-¿Que dices?.
-A ver, viene la gente, las consultas y te pagan ¿no?
-¡No compadre!... Por eso no cobro...
-¡Al carajo! ¿y cómo vives?
-Bueno papaito, ¿Qué crees?... Todo eso que monté en la camioneta es para el economato que tengo acá.
-¡¿Además tienes el un economato?!
-¡Ah que si!... Verás, a la gente que vive por estos lares se les hace muy difícil ir al pueblo, yo me gano la vida con los víveres, las velas y el tabaco.
-Y la caña...
-¡Obvio!
-Brutal...
Empezó a relatarme su cotidianidad en la montaña, ya estábamos bastante entonados cuando le pregunté:
-Pero a todas estas, ¿también trabajas con muertos?
-¡No!... Zape...
-¿Que guevonada es?
-Acá no se habla de muertos compadre, eso es magia negra...
-Pero tengo entendido que muchos espiritistas trabajan con muertos
-Eso es un cuento de nunca acabar
-¿Cómo así?
-Mira viejo, para acá todos los años llegan grupos nuevos de novatos y charlatanes, proclamándose sacerdotes, reencarnaciones y tantas cosas te pase por la cabeza. Algunos son talentosos pero otros no saben ni dónde están parados. Comienzan a mezclar la wica, con la palería y la santería, convirtiéndose en un arroz con mango que nadie entiende.
-Pero deben ser muy famosos porque en el pueblo he escuchado hablar de los "brujos" que usan muertos para sus maleficios desde que llegué.
-¡Ah ya veo! Seguro ya te levantaste en una de las noches de velas
-¿Qué es eso?
-Mira, tu te estás quedando en la posada de doña Carmen ¿no?
-Si.
-Ajá, alguna vez has escuchado un griterío de noche, proveniente de la plaza, y al rato sale doña Carmen sale por esa puerta.
-Si, la primera noche por cierto
-Bueno, eso es una noche de velas
-¡Ya va!... ¿Que tiene que ver una cosa con otra?
-Mira, en el pueblo el cura tiene más poder que el alcalde
-Ajá
-Y el alcalde es de una rancia familia de hacendados del estado
-Si
-Hace ya 5 meses se instaló un bingo a las afueras del pueblo, y te pregunto ¿Que coño tiene que hacer un bingo en el medio de la nada?
-Bueno, allá en la capital proliferan como moscas
-Muy bien, ¿pero acá?
-Bueno, digamos que es un chanchuyo del alcalde
-Así es, además se ha convertido en fuente de empleo para jóvenes muchachos de otros pueblos y hasta de fuera del país. Novatos ilusos, que no saben en el peo que se meten.
-Bueno, ¿pero eso qué tiene que ver?
-Para dejártelo bien claro, el bingo es principalmente un prostíbulo de muchachos, donde van los altos funcionarios del gobierno, curas, obispos y hasta militares
-¡Coño!
-Y eso no es todo
-¡Verga!
-Resulta que cuando el muchacho se opone o cuando las cosas se ponen color de hormiga, la cita amorosa se desvía y más de uno ha terminado muerto.
-¿Qué?
-Así como te lo digo.
-¿Y los familiares? ¿La policía?
-No compadre, lo que aquí se hace acá se queda, por eso es que doña Carmen se encarga de las noches de velas, cuando encuentran a los muertos en la plaza.
-Pero, entonces la ¡puta esa! es cómplice
-No tiene ni la más mínima idea
-¿En serio?
-Te lo juro hermano, a ella le han metido en la cabeza los curas que es parte de los ritos de los brujos de la montaña y ella se comió el cuento, por eso tiene esa lucha encarnizada contra nosotros.